Dos infiernos me han quemado la voz,
tantos otros arder pretenden.
Allí dónde la ceniza ahoga el humo
aún recuerdo mi silencio.
Sofocada en estos días
que parecen no pasar
tomo impulso y salto,
en busca de mi libertad
Fantasmas insomnes braman:
sombras en la nada.
Escucho y no miro,
busco sendero
Mis pies ya no danzan,
pisan
Mi voz ya no susurra,
grita
Ya no acepto,
eligo